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El pato estaba muerto de miedo.
Caminaba de un lado a otro, nadaba vagabundeando por el lago que lo vio nacer y repasaba cada junco, cada rama de sauce que rozaba discretamente el agua intentando apaciguar su sed.
Y todo lo hacia con una nostalgia que no cabia en su pecho de pato joven.
¿Cómo esperaban todos que lo hiciera? ¿Es que acaso no comprendían que él en ese momento no estaba listo?
El día se acercaba, los sauces perdían las hojas y las nubes se reflejaban pálidas en el lago.
Un día la bandada se lanzó hacia el sur, en una travesía que el joven pato creía iba a significar su muerte prematura.
...
Muchos años despues aquel pato fundó la primera escuela de vuelos largos para patos del mundo, sólo que nadie lo sabe.
1 comentario:
Me gusta lo de la música como última salida. Qué haría yo sin mis auriculares?
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