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"En verdad, si no fuera por la música, habría más razones para volverse loco"

miércoles, noviembre 25, 2009

Límite autoimpuesto


El pato estaba muerto de miedo.

Caminaba de un lado a otro, nadaba vagabundeando por el lago que lo vio nacer y repasaba cada junco, cada rama de sauce que rozaba discretamente el agua intentando apaciguar su sed.

Y todo lo hacia con una nostalgia que no cabia en su pecho de pato joven.

¿Cómo esperaban todos que lo hiciera? ¿Es que acaso no comprendían que él en ese momento no estaba listo?

El día se acercaba, los sauces perdían las hojas y las nubes se reflejaban pálidas en el lago.

Un día la bandada se lanzó hacia el sur, en una travesía que el joven pato creía iba a significar su muerte prematura.

...

Muchos años despues aquel pato fundó la primera escuela de vuelos largos para patos del mundo, sólo que nadie lo sabe.

jueves, noviembre 19, 2009

Sentidodecision

Finalmente el sentido viene dado por la pregunta ¿Que quieres?
suena facil pero es compleja si se la toma con seriedad.
Por ultimo ya ciertas decisiones adquieren un sentido mayor cuando entran a responder aquella pregunta de rigor. Solo entonces tenemos el valor de hacer lo correcto aunque fallemos o aunque nos rechazen.

Buenas.

martes, noviembre 10, 2009

Al fin!


Es verdad que hay ciertos periodos temporales -llamados días- en los que uno, más menos a la mitad de éste, echa definitivamente todo por lo borda y los da por perdidos.
Pero suele ocurrir amenudo -quizá no tanto como nos gustaría pero de qué sirve llorar sobre la cerveza derramada- que uno olvida botar alguna cosa, un zapato o algún guante guacho que queda dando vueltas por ahí. Lo interesante es que cuando lo hayas perdido en las tortuosidades de lo que queda de día y te dispones a echarlo también por la borda junto con el resto de la carga, descubres que dentro tiene una foto, un cd o cualquier elemento que definitivamente no esperabas y que arranca de tu amargura y mal humor una sonrisa que al principio te perturba, pues tu día estaba perdido ¿hay algo que moleste más a los seres humanos que un objeto exterior interfiriendo en sus decisiones?. De cualquier forma, es ahí cuando, luego de comerse el orgullo y aceptar la sonrisa ya no arrancada sino que gustosamente expresada, uno exclama: "Al fín, en alguna parte de mí sabía que este día no estaba perdido".
Para mi esa exclamación tiene poco valor porque cualquiera puede decir eso cuando le pasan cosas buenas, pero la verdad es que experimentar esa sensación, de vez en cuando de cuando en vez, se siente bastante gratificante y placentero.
Buenos días, tardes, noches (...el que le acomode)