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"En verdad, si no fuera por la música, habría más razones para volverse loco"

viernes, marzo 26, 2010

¿Para qué?


"¿Quién dijo que todo está perdido?,
Yo vengo a ofrecer mi corazón."
Pablo Milanés
Y para qué si a nadie le importa. Suele ser culpa de quien lo ofrece muy seguido, pues pasado un tiempo nadie valorará el ofrecimiento. Es ahí en donde se busca retribución en lugares externos, en los cuales únicamente se encontrará una puerta cerrada en tu nariz, o peor aún, un balde de agua lanzado desde un balcón estilo inglés ubicado en el Cerro Concepción de Valparaíso.

lunes, diciembre 21, 2009

El hombre que no podía aprender.


Érase una vez un hombre que no podía aprender.

No me refiero a que no podía aprender matemáticas o filosofía, aquel hombre tenía un problema de aprendizaje bastante específico; no podía aprender de su experiencia.

Ello implicaba que todas las cosas que vivía y que le generaban tristeza o alegría eran completamente inaprehensibles para él, por lo que seguía cometiendo los mismos errores una y otra vez, en todo ámbito de su vida.

Un día, el hombre cometió una vez más un error muy típico en su vida: se quedo sentado en el pasto, aún cuando sabía que los regadores del parque comenzarían a funcionar en cualquier momento. El problema esta vez fue mayor; cuando los regadores comenzaron a rociar el cesped y, por ende, al hombre, éste comenzo a deshacerse hasta quedar convertido en parte del entorno.

Se convirtio en agua, en tierra, en pasto, en viento, en rocas, en gusanos, en moscas y en hormigas. Paso el tiempo y el hombre comenzó a convertirse en arboledas, lagos, montañas y demases. Finalmnte, el hombre paso a convertirse en otros hombres y mujeres.

Desde que ello ocurrió, existen hombres y mujeres que tienen la tendencia a no aprender de los errores prácticos de su vida, pues la escencia de aquel hombre que no podía aprender paso a formar parte de la suya propia.

PD: Imagen tomada de www.desconexioncubana.com/.../2008/06/roble.jpg

jueves, diciembre 10, 2009

¡Qué hombre más capaz!

Había una vez un hombre que lo tenía todo. Su vida se encontraba plagada de todas las cosas que todo hombre quiere, en el ámbito material y no material. Casa, jardín, licencia de conducir, trabajo, amigos, novia, padres, etc.
Inclusive tenía una capacidad sobenatural.
Pero el hombre no quería tener esa capacidad. Ustedes dirán "Qué tonto, es aún más especial de lo que parece y no quiere serlo..."
Bien, este hombre tenía la capacidad de, a pesar de tenerlo todo, no encontrar nada de ésto un jueves por la noche... y verse obligado a pasarlo solo.

Triste historia, aprendan de ella

jueves, diciembre 03, 2009

Justo justo


Es que era obvio.

Así como en los malos momentos siempre hay atisbos de cosas buenas, en los buenos existen los atisbos de cosas malas.

Pero, ja ja!, ay del que tenga tanta mala suerte como para q todos esos atisbos se le reunan en un lapso menor al de cinco minutos.

Horrible.


Otra cerveza.

miércoles, noviembre 25, 2009

Límite autoimpuesto


El pato estaba muerto de miedo.

Caminaba de un lado a otro, nadaba vagabundeando por el lago que lo vio nacer y repasaba cada junco, cada rama de sauce que rozaba discretamente el agua intentando apaciguar su sed.

Y todo lo hacia con una nostalgia que no cabia en su pecho de pato joven.

¿Cómo esperaban todos que lo hiciera? ¿Es que acaso no comprendían que él en ese momento no estaba listo?

El día se acercaba, los sauces perdían las hojas y las nubes se reflejaban pálidas en el lago.

Un día la bandada se lanzó hacia el sur, en una travesía que el joven pato creía iba a significar su muerte prematura.

...

Muchos años despues aquel pato fundó la primera escuela de vuelos largos para patos del mundo, sólo que nadie lo sabe.

jueves, noviembre 19, 2009

Sentidodecision

Finalmente el sentido viene dado por la pregunta ¿Que quieres?
suena facil pero es compleja si se la toma con seriedad.
Por ultimo ya ciertas decisiones adquieren un sentido mayor cuando entran a responder aquella pregunta de rigor. Solo entonces tenemos el valor de hacer lo correcto aunque fallemos o aunque nos rechazen.

Buenas.

martes, noviembre 10, 2009

Al fin!


Es verdad que hay ciertos periodos temporales -llamados días- en los que uno, más menos a la mitad de éste, echa definitivamente todo por lo borda y los da por perdidos.
Pero suele ocurrir amenudo -quizá no tanto como nos gustaría pero de qué sirve llorar sobre la cerveza derramada- que uno olvida botar alguna cosa, un zapato o algún guante guacho que queda dando vueltas por ahí. Lo interesante es que cuando lo hayas perdido en las tortuosidades de lo que queda de día y te dispones a echarlo también por la borda junto con el resto de la carga, descubres que dentro tiene una foto, un cd o cualquier elemento que definitivamente no esperabas y que arranca de tu amargura y mal humor una sonrisa que al principio te perturba, pues tu día estaba perdido ¿hay algo que moleste más a los seres humanos que un objeto exterior interfiriendo en sus decisiones?. De cualquier forma, es ahí cuando, luego de comerse el orgullo y aceptar la sonrisa ya no arrancada sino que gustosamente expresada, uno exclama: "Al fín, en alguna parte de mí sabía que este día no estaba perdido".
Para mi esa exclamación tiene poco valor porque cualquiera puede decir eso cuando le pasan cosas buenas, pero la verdad es que experimentar esa sensación, de vez en cuando de cuando en vez, se siente bastante gratificante y placentero.
Buenos días, tardes, noches (...el que le acomode)

sábado, octubre 10, 2009

Siempre...


He llegado a la conclusión de que mis talentos están totalmente descompensados. (Risas)
Debido a ello, siempre termino... CAGANDOLA.

Qué le vamos a hacer.

jueves, octubre 08, 2009

Cubo de agua


Y así uno se queda tan tranquilo dentro de la piscina pretendiendo no ahogarse.

Pretendiendo que no hay agua y que en efecto no estoy llenando mis pulmones de aquello que los termina por colapsar cada cierto tiempo.
Y entonces saco mi cabeza a la superficie; sólo hasta donde me lo permite mi altura y mi capacidad de nadar, vomito toda el agua de mis pulmones mojados y me vuelvo a meter al agua.

Qué proceso ah.

Lo peor de todo ello es que no se tiene el valor de extender la mano a quien está más arriba para que te saque. ¿Por qué?
Mi teoría es que uno teme encontrarse con la triste sorpresa de que no hay nadie arriba.
Más aún, muchas veces en la vida dentro de la piscina uno cree divisar la silueta un rostro, pero luego viene el momento insight: la verdad es que el rostro no te miraba a ti, miraba a alguien o algo más y tú fuiste algo así como algo interesante y digno de deternse a contemplar, pero nada más.

En el fondo no subimos la escalera ni extendemos la mano porque tememos con base en nuestras experiencias, que no haya una mano que te sujete y vuelvas a caer penosa y ridiculamente al cubo de agua donde perteneces.

viernes, septiembre 25, 2009

Marcónfusión


El mar es lo que yo llamaría una confusión.
Con tanto de ésto y de aquéllo, todo a su vez mezclado por las innumerables corrientes marítimas que se generan por fuerzas que para mí son un misterio, pues no comprendo en un ciento por ciento las leyes físicas que las movilizan, el mar sin duda es la mezcolansa de elementos más grande que existe en este "menos verde que antes" mundo en que vivimos.
Es confuso también porque, en ciertas ocasiones, no puede determinarse donde acaba el mar y comienza el cielo. Es como si de alguna manera pudieran unirse elementos que no tienen ninguna posibilidad de unión (Qué idiota creería que el cielo se puede unir con el mar)
Podríamos agregar a todos estos motivos las extrañas obras de arte, si se me permite llamarles así, que hace el mar en cada orilla a la que arriba. Es decir, ¿Cómo diablos existe algo llamado La Portada de Antofagasta? y como ella hay muchas otras esculturas que no fueron creadas por la raza que se cree tan superior. Y a ésto pregunto ¿Cómo fue capaz? Sigo sin comprender.
Pero, en ciertas ocasiones, comprender está demás. Entonces digamos que prefiero mirar el mar, dibujarlo, mojar mis pies en sus aguas, hacer castillos con la arena que moja (los cuales él mismo destruye) e inclusive hacer poemas en su honor (o palabras sin sentido, como éstas).
Qué más da. Al mar no le interesa que lo entiendan
A mi tampoco.